Esterilizaciones Forzadas Dignidad
X Pamela Morales*/Agencia de Noticias Matrix/AGOSTO 2014
El 28 de marzo 2014 MujeresMundi lanzó la campaña
Esterilizaciones Forzadas Dignidad, con el fin de dar a conocer el caso de las
esterilizaciones masivas realizadas en el Perú en los años 90. La petición
busca solicitar al gobierno peruano una reconstrucción de la memoria histórica
afín de que las víctimas puedan al fin obtener justicia.
Desde el lanzamiento de la campaña se ha contado con el
apoyo de diversas personalidades como el de la Parlamentaria Andina Hilaria
Supa, la organización peruana Demus, las parlamentarias europeas Renate Weber,
Izaskun Bilbao Barandica e Jana Zitnansja; artistas como la española Maria Acha
Kuschner y el actor peruano Jason Day. Se contó también con el apoyo de la
comunidad civil internacional, quienes a través del hashtag
#EsterilizacionesForzadasDignidad se unieron a este esfuerzo.
Personalmente, empecé a colaborar con la campaña tres meses
atrás. Lo primero que pensé fue: ¿cómo es posible que nunca haya escuchado
hablar de este caso anteriormente?, sin embargo, no hay que ir muy lejos para
entender porque este tipo de casos son rara vez conocidos en el mundo: le
sucedió a un grupo de mujeres, pobres, analfabetas y pertenecientes a un grupo
étnico en particular.
En si esto no es una gran revelación, según la ONU las
mujeres indígenas sufren de múltiple discriminación, tanto como mujeres e
indígenas. Siendo presa fácil de extrema pobreza, violencia intrafamiliar,
teniendo poco o ningún acceso a los sistemas educativos y de salud.
Tristemente, este tipo de discriminación está lejos
desaparecer. Mientras me iba familiarizando con el caso peruano, a manera
personal, tenía que hacerlo conocido, y hablar de las mujeres peruanas que
fueron esterilizadas en contra de su voluntad, no solo porque ellas merecen
justicia, si no para que nos diéramos cuenta que este tipo de situaciones
totalmente inaceptables podrían reproducirse en cualquier otro país. A pesar de
ello, la reacción de muchas personas no fue exactamente la que esperaba.
La indiferencia de muchos me sorprendió, y hasta cierto
punto la puedo comprender como un medio de autoprotección. Pero la
justificación de lo sucedido, con respuestas como “Pero acaso no tenían ya
otros hijos? / ¡Es que tiene que haber mano dura, sino esta gente no entiende!
Y siguen teniendo hijos y no tienen dinero ni para darles de comer.” La lista
de justificaciones es larga.
Muchas personas siguen teniendo un pensamiento que data de
la época colonialista, una forma de pensar que tristemente sigue muy anclada en
nuestra cultura latinoamericana y quizás también aun en la cultura europea,
hablan de “esta” gente, como un ser inferior, incivilizado, que necesita que se
le enseñe a vivir la vida de manera correcta, y por supuesto esto se debe
lograr usando cualquier método posible, aunque sea el de la fuerza.
¿Pero quién tiene el tiempo o la paciencia de cambiar la
mentalidad de miles de años anclada en estas culturas que han estado aquí,
antes de que nosotros pensáramos siquiera en existir? Las justificaciones de lo
injustificable se basan en creer que es culpa de ellos de no haberse adaptado a
los tiempos modernos, de no creer lo que nosotros creemos, de no vivir como
nosotros vivimos. Y si ya se les explico una vez, no queda de otra que usar
métodos más radicales porque después de todo esta gente no tiene educación, y
no entiende que por culpa de ellos, hay sobrepoblación, escases de agua y
comida, y por eso el mundo está como está.
Lo cierto es, que el hecho de que un grupo de personas no se
adapte a las nuevas tendencias mundialistas no justifica el que aprobemos el
uso de la fuerza, el irrespeto a los derechos humanos y que tomemos por ellas
decisiones tan personales como el derecho a tener hijos.
¿A qué mujeres en países dichos “desarrollados” les gustaría
que le ligaran las trompas en contra de su voluntad? ¿Bajo amenazas, engaños y
abuso de poder?
¿Que hace que nuestro derecho de dar a luz, a procrear sea
más importante que el de mujeres indígenas y pobres, por qué su cuerpo es menos
importante que el de otras mujeres no indígenas ni pobres?
Estas interrogantes me sirvieron para entender la
importancia de esta campaña, que ya no solo se resume a conseguir firmas, si no
a transmitir un mensaje:
El cuerpo de la mujer, por más pobre que sea, de la etnia a
la que pertenezca, debe de ser tratado con el mismo respeto, su dolor debe de ser
escuchado por todo el mundo, y su tristeza no deber de ser ignorada por nadie.
Para colaborar con la campaña, visite la pagina de
Change.org. Las mujeres esterilizadas solo necesitan vuestra firma
*Pamela Morales, es de
Guatemala y Communications assistant de MujeresMundi.
Fuente: Canal Matrix
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