Hacemos memoria en Puntada con Hilo porque nunca hay que olvidar.
En 1990 bajo el mandato de
Aylwin, el mismo que lloró por la tele por los desaparecidos, pero que antes
había sido parte de los golpistas, fue juzgada por tribunales militares que la
condenaron a 10 años y un día o pagar una multa de 12 millones de pesos. En 2000 fue liberada por razones humanitarias, pero exiliada de $hile… exilio en “Democracia”
concertacionista. Gendarmería no le permitió la rehabilitación por lo tanto quedó en silla de ruedas para toda la vida. Hoy vive en Bologna, Italia.
ESTA MUJER TIENE NOMBRE, SE LLAMA MARCELA
RODRÍGUEZ VALDIVIESO
X victoria aldunate/año 2000/La Firme
Desde la calle se avista en el 4º piso
del Hospital de Infecciosos Lucio Córdova, a varios gendarmes armados... “Ahí está la mujer metralleta” comenta un
hombre queriendo explicar el espectáculo.
La verdad, Marcela está en una silla de ruedas con una incapacidad mayor
a 2/3 de su capacidad física total. Entre otras cosas, debe ser sometida cada
tres horas a la colocación de una sonda que se introduce por un orificio en el
ombligo para descargar la vejiga, y cada instrumento que se usa debe ser
manejado con sumo cuidado, de no ser así puede contraer infecciones urinarias
que de prolongarse causarían un envenenamiento a la sangre y la muerte.
Hoy tiene 48 años recién cumplidos, está
condenada a 10 años y un día por tribunales militares. Es parapléjica crónica
aunque el día 14 de noviembre del año ‘90 cuando la detuvieron herida, solo
había quedado parapléjica... En la prisión preventiva en el Hospital de
Gendarmería no le dieron chance de rehabilitación.
Mentalidad torturadora aquella que somete
a negligencia a su acusada, a la que, dicho sea de paso, no le ha probado nada
más que lo que ella misma reconoce, su participación en la evasión de un
detenido -causa por la cual en Chile se condena por lo general a 541 días de
cárcel-. Pudiendo haber revertido en parte su condición de salud no lo
hicieron: “Un minusvalido en mis condiciones, con una terapia intensa, continua
y permanente de unos pocos meses puede lograr vestirse por sí mismo, obtener fuerza en los brazos para
trasladarse de la silla de ruedas a la cama y viceversa... Todo lo anterior
pudo haberse logrado, pero la prisión preventiva de un año y 3 meses y la
imposibilidad de terapia rápida en el recinto carcelario de Gendarmería, impidió
mi tratamiento”, dice Marcela Rodríguez en la carta en que solicita el indulto
presidencial -que aún espera- fechada el
19 de octubre de 1999.
En aquella misma detención, para poder
realizar sus necesidades básicas, le conectaron una sonda constante en la
vejiga, solución que se puede aplicar por periodos limitados de tiempo, pero
que a ella se le aplicó por varios meses, el resultado fue la rotura se las
paredes del conducto uretral.
¿Quién es esta mujer?
Pobladora del sector sur de Santiago, en los
años ‘60 participó en movimientos juveniles, luego del ‘73 fue secretaria en
una oficina de arquitectura, tuvo dos hijas que murieron por fallas hepáticas
al poco tiempo de nacer en el ‘76 y en el ‘78. Unos años antes había estudiado
en la Universidad Técnica la carrera de Tecnología en Tejido que no terminó.
Durante los 17 años de dictadura participó en la lucha contra Pinochet y
considerando que “el reemplazo de la dictadura militar por un gobierno civil
solo cambió algunas cosas...”*, se unió al rescate desde el Hospital Sótero del
Río de Ariel Antonioletti.
Luego de la prisión preventiva, gracias a
la solidaridad internacional como a la de instituciones y personas chilenas
obtuvo la libertad provisional. En los años que siguieron trabajó en “Armamater”,
un taller de juguetes artesanales que contrata a discapacitados. Ha sufrido 17
diversas operaciones en 8 años... pero Marcela no siente que hayan mejorado su
condición, y no es solo su sensación, el informe médico Nº 6446 del Servicio
Médico Legal al Ministerio de Justicia del 10 de junio de 1999 revela que
Marcela Rodríguez “requiere de
procedimientos y técnicas médicas que la paciente no dispone en su tratamiento
actual... y que no puede desarrollarse en el territorio nacional , dado que no
existen centros especializados en terapia de parapléjico crónico complicado”,
es decir, luego de hacerse crónica su afección, ya no es posible en Chile
alcanzar un nivel de mejoramiento que le dé relativa autonomía personal. En
Europa en cambio se cuenta con esas posibilidades.
Fue herida por la espalda
La camioneta avanzaba hacia el norte y el
disparo que lesionó su tercera vértebra vino del sur.
No la pudieron condenar por la muerte de
gendarmes al interior del recinto hospitalario por falta de pruebas entonces la
condenaron por un hecho ocurrido en las
afueras del Hospital: “maltrato de obra a carabinero en servicio con resultado
de muerte”, según reza la sentencia de la Corte Marcial del 28 de diciembre del
año 1998. Esto supuestamente sucedió en plena huida, no hubo ningún testigo. Es
más, no se realizó ninguna pericia para comprobar que la acusada pudo haber
disparado un arma, no hay informes que hablen de residuos de pólvora en sus
manos. La condena también omite que el balazo lo recibió por la espalda, posición
contradictoria con la acción de dispararle a un carabinero que la perseguía.
La independencia de los tribunales
militares chilenos es bien conocida, en este contexto tampoco deberá extrañar
su burla: pide a la familia de Marcela $12.000.000 como fianza para dejarla en
libertad...
A Marcela le duele “todo lo que puede doler”, toda la
parte de su cuerpo que siente, y aunque conversa animadamente y tiene hasta la
fortaleza de reír y ser acogedora con quien la va a visitar, se percibe que le
está doliendo aún más que eso. Quisiera vivir con su compañero, quisiera salir
por si sola a calle, quisiera ir sola al baño... No es mucho pedir, pero le
estará siendo negado mientras se prosiga el ensañamiento con su salud y su
cuerpo.
Hace pocos días la fueron a visitar
médicos del Ministerio de Salud y el Vicario de la Pastoral Social, Alfonso Baeza. Luego de ello el Vicario
declaró a la prensa su “extrañeza de que en nuestro país no exista una
legislación especial para estos casos”, tras lo cual planteó que “si tiene que
permanecer aquí, es de esperar que sea en las mejores condiciones”*.
¿Cuáles serían esas condiciones que “los
técnicos del ministerio están evaluando”, si viéndose en grave riesgo de
contraer infecciones se encuentra en un Hospital para enfermedades infecciosas,
y si ya el Instituto Médico Legal ha declarado que en Chile no hay condiciones
para ella?
victoria aldunate, feminista autónoma
*
Solicitud de Indulto Presidencial de Marcela Rodríguez V. 19 de octubre de 1999 / **
“La Nación”, 25 de febrero de 2000
Fuente: La Firme N° 99, “Esa
mujer tiene nombre”. Victoria Aldunate Morales“, 10 de marzo de 2000,.
No hay comentarios:
Publicar un comentario